miércoles, 23 de diciembre de 2020

 El Chlorophytum es la planta de interior del mes de enero

 
 Spider Plant 'Chlorophytum comosum' 4" and 8" - Urban Garden Center


El Chlorophytum , también conocido como cinta, malamadre o lazo de amor, es una planta
muy habitual en los hogares, y se caracteriza por sus hojas en forma de cintas de unos
20-30 centímetros de largo, las cuales nacen de una roseta basal.


Cuenta pequeñas y blancas flores, las cuales crecen sobre largos tallos que también
desarrollan pequeños brotes que pueden emplearse para multiplicar la planta.


La cinta es una planta muy decorativa, y en interiores suele ubicarse en macetas colgantes,
la forma idónea de lucir su porte, combinándola con otras plantas verdes en maceta.
 

Origen

 
El Chlorophytum proviene de África meridional, aunque se ha adaptado de tal forma que
hoy en día se comercializan en todo el mundo. Esta planta fue una de las estudiadas por la
NASA en su investigación sobre plantas purificadoras de aire ( NASA Clean Air Study ),
clasificándola posteriormente como una de ellas.


Elige la tuya


Existen múltiples variedades de esta especie, entre los que destacamos el Chlorophytum
comosum ‘Variegatum’, en la que los márgenes de sus hojas son blancos y el Chlorophytum
comosum ‘Vittatum’, que al contrario que la primera, cuenta con color blanco en el centro de
sus hojas, con los márgenes verdes.


Cuidados básicos


● El Chlorophytum requiere de un riego moderado, dos veces a la semana en los
meses cálidos y una vez cada 10 días en los meses más fríos, procurando siempre
no encharcar.
● Esta planta no requiere de luz directa, aunque dentro de casa es preferible buscarle
un espacio luminoso.
● Hay que mantenerla siempre con temperaturas suaves, la cinta no tolera bien las
bajas temperaturas.
● Abónala cada dos semanas en primavera y verano con un fertilizante indicado para
plantas verdes.


 

sábado, 14 de noviembre de 2020

EL REPILO EN EL OLIVO


El repilo, causado por el hongo Fusicladium oleagineum, es una de las enfermedades más importantes del cultivo del olivo en España. Esta enfermedad provoca defoliaciones prematuras que tienen como consecuencia el debilitamiento progresivo del árbol, caída de la hoja y una disminución importante de la productividad.
Esta enfermedad afecta a los olivos de cualquier zona de España. No distingue de diferentes variedades de olivo aunque siempre unas son más sensibles que otras. Existen unas variedades más resistentes, consideramos resistentes a aquellas variedades de olivo que apenas presentan síntomas de la enfermedad comGalega vulgar, Lechín de Sevilla, Frantoio, Farga, Cipresino, Arbosana, Korneiki, Manzanilla de Hellín, Pequeña de casa Ibáñez y Villalonga.
Las variedades sensibles a este hongo, cuando el olivo apenas presenta resistencia a la infección del hongo, son Blanqueta, Callosina, Cornicabra, Empeltre, Lechín de Granada, Manzanilla de Sevilla, Meski, Morisca, Ocal, Pajarero, Picholine marroquí, Picual, Verdial de Huévar, Verdial de Vélez-Málaga, Alameño de Cabra, Changlot Real, Gordal Sevillana, Hojiblanca, Lucio, Morona, Manzanilla del Piquito
Lo que provoca la aparición del hongo es la humedad, como todos los hongos. Habrá que tomar medidas para favorecer la aireación de los olivares con podas selectivas o no plantar los árboles muy juntos.
Los síntomas del repilo en el olivo son manchas circulares de entre 5 y 10 mm, de color oscuro y con un halo amarillento, marrón o verdoso.

Tratamiento

En el caso de plantar en zonas donde se den las condiciones favorables para la aparición del hongo del repilo, como zonas húmedas, cauces de ríos, con temperaturas suaves… lo mejor y más aconsejable es plantar las variedades que son más resistentes a la enfermedad, expuestas más arriba. Aunque lo más recomendable es hacer caso a los expertos y plantar variedades más resistentes y en zonas adecuadas, en caso de olivares ya plantados habrá que hacer tratamientos preventivos efectivos.

                                       el rincón del jardín

Lo mejor que se puede hacer y que recomiendan los expertos es prevenir la infección. No tener suelos muy húmedos y encharcados por excesos de riego, el no abusar de abonos nitrogenados, tener bien aireados los cultivos, no tener copas espesas o marcos de plantación pequeños.
En lugares de gran prevalencia de esta enfermedad se suelen utilizar fungicidas en otoño y a finales del invierno, como prevención en las plantaciones. En jardinería doméstica no es necesaria esta actuación, bastará con hacer tratamiento curativo una vez que se detectó la presencia del hongo.
El tratamiento, el principio activo, será diferente en jardinería que en el cultivo de producción.
                                                                     Fungicida repilo olivo


Para jardinería se pueden aplicar tratamientos curativos, una vez que vemos la enfermedad con fungicidas como  hidróxidos, oxicloruros, óxidos y sulfatos.
Los tratamientos preventivos, para el cultivo de producción, se aplicarán antes de que el hongo infecte las hojas del olivo. Se suelen aplicar los tratamientos con sulfato de cobre, hidróxido de cobre. Si su aplicación se realiza posteriormente a la infección provocaremos la caída de las hojas del olivo infectadas. 

Lo mejor y más recomendable es prevenir la enfermedad y si tenemos olivos sensibles al repilo o que estén en zonas donde se pueda propagar más, se tendrán que hacer tratamientos preventivos antes de que aparezca. Si no prevenimos esta enfermedad puede ser muy perjudicial para nuestros olivos.
 
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